Mi perro orina sangre ¿Qué hago? Aquí la respuesta

¿Qué causas existen para la presencia de sangre en la orina del perro?

Si tu perro orina sangre lo más probable es que tenga una enfermedad del tracto urinario o una piedra o cálculo en el tracto urinario. Otras causa más grave y urgente de este sangrado es la intoxicación por raticidas.

¿En qué momento aparece la sangre?

Es importante que te fijes en qué momento aparece la sangre cuando tu perro orina. Esto puede ayudar a localizar la causa.
La presencia de sangre durante la primera fracción de orina tiende a ocurrir con enfermedades de la uretra o del tracto genital.
La sangre al final de la micción  sugiere una lesión focal ventral o ventrolateral en la vejiga. En este tipo de sangrado, los glóbulos rojos permanecen en el suelo de la vejiga urinaria y son eliminados al final de la micción. Además de los trastornos de la vejiga urinaria, se puede observar sangre al final de la micción en perros con sangrado en los riñones. 
Si el sangrado aparece a lo largo de todo el curso de la micción puede estar asociada con:
  •  problemas de coagulación de la sangre. Si el perro tiene un trastorno de la coagulación, se pueden ver sangre en la nariz y en las heces y hasta pequeños puntitos de sangre en la piel. Si todo esto aparece de manera repentina y el estado general del animal empeora rápidamente, puede que haya ingerido raticidas. Llévalo al veterinario inmediatamente para que reciba el antídoto o puede morir. Para más información lee este artículo: 

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  • trastornos de los riñones, uréteres o vejiga urinaria (especialmente lesiones difusas), 
  • trastornos graves de la uretra o de la próstata en machos. 
Por último, la secreción de sangre todo el tiempo, independientemente de si el perro esté orinando o no se presenta en animales con enfermedad urogenital (por ejemplo, enfermedad uretral distal, enfermedad prostática, trastornos vaginales o uterinos).

Si tu perro tiene cistitis o infección de vejiga


Los signos clínicos de enfermedad del tracto urinario inferior son:
  • un aumento de la frecuencia de la micción, asociada con pequeños volúmenes de orina. El perro orina poco cada vez.
  • una dificultad para orinar (disuria),
  • un esfuerzo excesivo al orinar (estranguria), 
  • el perro orina en lugares inadecuados (por ejemplo, en su cama)
  • la orina es de color anormal u olor fuerte.
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En los perros (a diferencia de los gatos), la inflamación del tracto urinario inferior con frecuencia es causada por una infección bacteriana. La infección es generalmente debida a la subida de los organismos a través de la uretra.

La infección puede ser primaria o secundaria tras una urolitiasis (piedras), cáncer, insuficiencia renal, diabetes mellitus y enfermedad de las glándulas suprarrenales (hiperadrenocorticismo).

¿Que otras causas existen para la presencia de sangre en la orina del perro?

Además de la infección urinaria, otras causas de la presencia de sangre en la orina del perro son como decíamos anteriormente, la intoxicación por raticidas, las enfermedades de la próstata, el útero, la vagina o el pene, o los signos asociados con el celo de la perra. 

¿Cuál es el enfoque diagnóstico cuando hay sangre en la orina del perro?
Si se sospecha que hay una piedra u otra circunstancia que obstruye la uretra y el perro está acumulando orina en una vejiga cada vez más hinchada, el animal debe ser llevado urgentemente al veterinario. 
Aunque no se trate de esta urgencia cualquier perro que acuda al veterinario por la presencia de sangre en la orina será evaluado de la siguiente manera:
  • Se preguntará al dueño para obtener una historia clínica detallada con información sobre los signos previos de enfermedad del tracto urinario inferior,  comportamiento, duración de los signos clínicos, aspecto de la orina etc. 
  • Los perros con anemia secundaria a pérdida de sangre severa pueden presentar membranas mucosas pálidas y al presionar la mucosa y soltar, el veterinario podrá comprobar  que la sangre rellena de nuevo los capilares con lentitud (tiempo de relleno capilar prolongado). 
  • Si el perro tiene un trastorno de la coagulación, se pueden ver sangre en la nariz, heces  y sangrado prolongado en los lugares en los que el veterinario le pinche.
  • El veterinario palpará  por fuera los riñones, la vejiga urinaria y los ganglios linfáticos de la zona. Se debe realizar además un examen rectal para evaluar la uretra, la vejiga urinaria caudal y la próstata. En perros hembras, un examen vaginal puede revelar una masa uretral o vaginal. En los perros machos, el veterinario retraerá el prepucio para examinar la mucosa del pene. Los perros machos que están en riesgo de tumor venéreo transmisible (perros no castrados que viven al aire libre) pueden tener una masa tumoral ubicada en la base del pene. 
  • Por último, el clínico debe observar al paciente orinar. Esto puede ayudar a identificar o confirmar la forma anormal de orinar, así como el momento del sangrado durante la micción. También permite la recolección de orina a mitad de la micción, lo que está indicado en todos los pacientes con hematuria. La palpación de la vejiga se debe repetir después de la micción para evaluar la presencia de cualquier masa grande en la vejiga, aunque esto puede ser imposible en un perro con sobrepeso o muy grande. 
  • La orina se evalúa con una tira reactiva para obtener multitud de parámetros físico-químicos y biológicos. También se centrifuga y se evalúa al microscopio el sedimento concentrado, para comprobar la presencia de determinados cristales, glóbulos rojos, glóbulos blancos, bacterias.
  • Si se sospecha infección, entonces se obtendrá una muestra directamente de la vejiga por punción a través de la pared abdominal. Esta muestra de orina se cultivará para comprobar la presencia de bacterias. Las  bacterias comúnmente aisladas incluyen E. coli, Staphylococcus spp. y Proteus spp. 
  • La presencia de cristales (cristaluria) en el sedimento de la orina no es necesariamente anormal. La cristaluria está influenciada por la concentración de orina, el pH y la temperatura, y no refleja necesariamente la presencia de piedras (urolitos). Por eso, para diagnosticar la presencia de piedras en el tracto urinario es más fiable una ecografía y / o una radiografía. 

Radiografía que muestra tres cálculos en la uretra de un perro


¿Cuál es el tratamiento para la sangre en la orina del perro?

Si existe una infección del tracto urinario, el tratamiento son antibióticos. Idealmente, el tratamiento antibiótico debería basarse en los resultados del cultivo y antibiograma. Si no se realiza antibiograma, por lo general el perro es tratado con  amoxicilina,  ampicilina o amoxicilina / ácido clavulánico durante 7-10 días. La eficacia del tratamiento antibacteriano se puede confirmar mediante la repetición de cultivo de orina después de unos pocos días de tratamiento y semana  tras el final del tratamiento. 
En los machos enteros con una infección del tracto urinario, es muy frecuente la infección de la próstata. Los antibióticos como la ampicilina y la amoxicilina pueden resolver la infección del tracto urinario, pero no penetran eficazmente en la próstata excepto en la inflamación aguda, por lo que, en estos casos, otros antibióticos deben ser considerados. 
Si se sospecha de presencia de piedras, el tratamiento se basa en el análisis de orina (tipo de piedras) y la ecografía o radiografía. Existen dietas especializadas para disolver los cristales de estruvita, uratos y urolitos de cistina. Estas dietas deben ser consumidas durante semanas o meses y deben hacerse análisis de orina mensuales y radiografía o ecografías para monitorear el progreso de la enfermedad.
La orina debe ser controlada para asegurar que el pH conseguido con la dieta es apropiado (dependiendo del tipo de urolitos), que la densidad específica de la orina es menor que 1.020 (lo que indica una diuresis adecuada), y que no hay evidencia de infección en el examen del sedimento. Si no hay una reducción en el tamaño de los cálculos tras 2 meses de tratamiento dietético, la siguiente opción es la cirugía. Los urolitos de oxalato y silicato siempre requieren extirpación quirúrgica ya que no hay dieta disponibles en la actualidad para ayudar a su disolución. La cirugía tiene las desventajas de la necesidad de anestesia, la posibilidad de complicaciones, los altos costos iniciales, y la posibilidad de no eliminar todos los urolitos. 
Si necesitas más información, puedes consultar El libro de MANUAL PRÁCTICO DE VETERINARIA CANINA (Animales Domesticos (drac)).


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